¿Por qué pasar a ejercer la actividad a través de una sociedad?
Una duda frecuente a la hora de emprender es si empezar como autónomo o constituir directamente una sociedad. Una duda que persiste incluso después de haber iniciado la actividad económica. En este caso ya como autónomo la pregunta es si continuar así o pasar a ejercer la actividad a través de una sociedad (generalmente a una sociedad de responsabilidad limitada, SL). En este sentido, es habitual escuchar que cuando se ha estabilizado el negocio y se tiene un nivel de ingresos regular o en expansión es conveniente ejercer la actividad económica a través de una sociedad mercantil en vez de a título personal como trabajador autónomo, pero ¿cuáles son efectivamente esas ventajas?Responsabilidad.
Recuerde que:
Actualmente existe la figura del Emprendedor de Responsabilidad Limitada, que permite salvaguardar la vivienda habitual del autónomo en caso de no poder hacer frente a las deudas.
Fiscalidad.
El autónomo tributa por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que es un impuesto de carácter progresivo por tramos (cuanto mayor es el beneficio mayor es el tipo de gravamen que se aplica), mientras que la sociedad tributa por el Impuesto sobre Sociedades con un tipo fijo del 25%. Por tanto, a partir de un determinado nivel de ingresos la factura fiscal en el IRPF es mucho más alta. Pero cuidado, como socio trabajador de la sociedad recibirás una nómina que también tributará por IRPF, así como los dividendos que decidas repartirte. En este sentido, esta ventaja impositiva sólo tiene realmente valor si parte de los beneficios se mantienen dentro del patrimonio de la sociedad, en forma de reservas. Si pretendes llevarte todo el beneficio de la sociedad, entre el Impuesto sobre Sociedades y el IRPF por la nomina y los dividendos la factura fiscal queda más o menos igual.Ejemplo
Solución
Como autónomo tiene que tributar en el IRPF por el total de sus rendimientos, mientras que con la sociedad puede decidir ponerse una nómina que le permita vivir holgadamente, digamos 24.000 euros más Seguridad Social, repartirse un plus anual en forma de dividendo de 6.000 euros y dejar el resto en la entidad. Ante estas dos alternativas la factura fiscal vendría dada por:Autónomo | |
Beneficio | 60.000,00 |
IRPF (tipo medio obtenido: 27,49%) | 15.948,80 |
Líquido autónomo | 44.051,20 |
Sociedad | |
Beneficio (sin nómina socio) | 60.000,00 |
Nómina socio | 24.000,00 |
Beneficio antes de impuestos | 36.000,00 |
IS (25%) | 9.000,00 |
Dividendo | 6.000,00 |
IRPF (16,68% nómina + 19% dividendo) | 4.810,75 |
Total impuestos (IRPF + IS) | 13.810,75 |
Líquido socio | 25.189,25 |
Reservas sociedad | 21.000,00 |

Autónomo | |
Beneficio | 100.000,00 |
IRPF (tipo medio obtenido: 33,93%) | 33.268,80 |
Líquido autónomo | 66.731,20 |
Sociedad | |
Beneficio (sin nómina socio) | 100.000,00 |
Nómina socio | 40.000,00 |
Beneficio antes de impuestos | 60.000,00 |
IS (25%) | 15.000,00 |
Dividendo | 6.000,00 |
IRPF (22,43% nómina + 19% dividendo) | 9.666,42 |
Total impuestos (IRPF + IS) | 24.666,42 |
Líquido socio | 36.333,58 |
Reservas sociedad | 39.000,00 |
Imagen.
En lo que a imagen y reputación se refiere, las sociedades mercantiles ofrecen una mayor confianza que los trabajadores autónomos, fruto de la mayor información que debe manejar y conservar una sociedad, lo que permite saber más fácilmente el nivel de solvencia, liquidez y endeudamiento a la hora de negociar con otras empresas o con entidades financieras. Esto se traduce en que las sociedades mercantiles tengan más fácil obtener financiación o hacer tratos con otras empresas. De hecho, las grandes empresas no suelen trabajar con autónomos, por no decir que ser una sociedad mercantil es obligatorio para participar en licitaciones públicas o para acceder a concesiones administrativas. Incluso a nivel comercial, esa imagen de solvencia y profesionalidad unida a la posibilidad de abrirse a un mayor número de mercados hace que para las sociedades mercantiles sea más fácil vender sus productos y servicios que para un autónomo.Reparto del trabajo.
Si un autónomo se ve desbordado por el trabajo debe decidir entre contratar a un trabajador por cuenta ajena para que le ayude de forma subordinada o bien contratar a otro autónomo para trabajos concretos. No obstante si lo que se necesita es una alianza más duradera y con una mayor distribución del trabajo, como trabajadores autónomos la única forma de repartir el trabajo, las obligaciones y la responsabilidad es mediante la celebración de un contrato mercantil que se puede quedar escaso si lo que empezó como colaboración en algunos proyectos se ha convertido en una relación más estable y de cooperación mutua. Ante esta tesitura, la constitución de una sociedad en la que ambos participen como socios eliminará posibles suspicacias y aumentará la implicación en la actividad económica, evitando problemas como que el trabajo, la responsabilidad o el beneficio no esté bien repartido.Comentarios
- Inconvenientes de constituir una sociedad: cuando es mejor seguir como autónomo.En Google puedes encontrar casi cualquier cosa...
pero solo SuperContable te lo ofrece BIEN EXPLICADO.
Accede al resto del contenido aquí
Siguiente: Mejor seguir como autónomo: inconvenientes de constituir una sociedad.
Queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos ofrecidos a través de este medio, salvo autorización expresa de RCR. Así mismo, queda prohibida toda reproducción a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, Real Decreto Legislativo 1/1996, de la Propiedad intelectual.